Querida Mariana:
He querido escribirte desde hace muchas semanas, pero la vida, no tan rutinaria, no me lo ha permitido. Ahora estoy descansando en USA, con mi hermana que vive en Long Beach. Espero que estes mejor de salud.
Te quise escribir desde que alguien me hizo llegar un texto tuyo donde mencionas que entre las cosas que has aprendido es que hay que hacer lo que uno quiere, siempre y cuando no perjudiques a terceros. Me llamaron la atencion tus palabras porque, ahora que mis nietos estan viviendo con Juan Ernesto y conmigo, me doy cuenta que me preocupo tanto por lo que les gusta que es posible que los este reprimiendo un poco. Sin embargo, quisiera hacerles saber que estoy dispuesta a respetar sus deseos, siempre y cuando sus actividades no nos causen dano.
Me gustaria mucho que ellos entendieran esta posicion, pues no quiero que se vuelvan infelices, pues lo que Juan y yo queremos para los tres es que esten mejor que en los ultimos 17, 15 y 13 anos, que son sus edades.
El teclado de esta maquina esta en ingles entonces no puedo poner acentos ni n con tilde.
Si no entiendes por que te escribo todo esto, por favor solo piensa que tus palabras tuvieron mucho efecto en mi actualidad. Aprovecho parta enviarte mis mejores deseos y un abrazo con mucho carino. Por favor abraza a todos de mi parte.
Alma Villar
P.D. Queria escribirte a tu correo, pero no lo tengo, y en las prisas, a tu papa se le olvido pasarmelo.
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