Hola, hola

Mariana,

Tenía planeado visitarte el día de hoy. Pero uno propone y el jefe dispone. Lo peor es que, como suele suceder por estas tierras áridas, el jefe pidió esperar “por si se ofrece algo”, mientras él se va sabe Dios a dónde. El resultado es: más horas nalga, cero incremento en la productividad. Eso me pasa por no estudiar. Aprende la lección Mariana.

Ya que no puedo visitarte el día de hoy, te platico que, en cuanto a la lectura, estoy en una etapa llamada “escritores gabachos del siglo XX”. Quién sabe cómo fregados llegué hasta aquí. Probablemente he comido demasiada comida chatarra últimamente. Tu sabes, McDonald’s, Burger King, KFC, Dominos Pizza, pero el caso es que llevo en fila india a John Fante, J.D. Salinger, Charles Bukowski, Ernest Hemingway y voy por Scott Fitzgerald, William Faulkner, John Dos Passos y el que se deje. Como que siempre había despreciado la literatura norteamericana pero he descubierto que hay mucha calidad.

A pesar de tanta calidad y todo mi entusiasmo con estos grandes escritores, me siento obligado a lanzar una advertencia como en los programas de televisión en donde la gente hace cosas estúpidas -bueno, más estúpidas que de costumbre-; No trate de repetir esto en casa y si lo hace es bajo su propio riesgo.

Antes de dormir a todos los lectores de tu blog, aquí le corto a mi rollo.

Te mando un fuerte abrazo. Te recuerdo que siempre te recuerdo.

Un beso.
Tu tío Pablo.