Hola Mariana, pues a pesar de que estamos en contacto muy seguido (directa o indirectamente), tenía ganas de escribirte algo en el blog, aunque no había tenido mucho tiempo o inspiración. Pero ahorita que ya decidí terminar mis labores por hoy me di la oportunidad de hacerlo.
De unos meses para acá, creo que todos hemos vivido una (o una serie de) experiencia (s) muy…diferente (s). Digo diferente porque no puedo generalizar, la verdad es que ha sido de todo un poco: difícil, triste, desgastante, pero a ratos también esperanzadora y feliz (dentro de las circunstancias, con esto no digo que haya sido deseada o esperada). Digo, también, que es diferente porque en distintos momentos hemos tenido todos emociones distintas; a ratos uno está feliz y otro triste, uno lleno de ánimo y el otro apático, etc. (Imagínate que amolada que todos nos deprimiéramos o entristeciéramos al mismo tiempo).
Todo esto nos ha servido para aprender (o recordar) cómo disfrutar ciertos aspectos de la vida, agradecer muchos otros, valorar la vida y cada pequeño detalle que esta conlleva. Sé que probablemente mi "speech" suena muy trillado, pero realmente es de esos momentos en que te das cuenta de que aquellas cosas que llevas diciendo toda la vida, todo lo que creías creer, no lo creías en realidad, o no sabías verdaderamente lo que significaba. Es como cuando has escuchado una canción millones de veces y te sabes la letra de memoria, pero hasta que vives algo que te hace realmente identificarte con ella, es cuando la puedes entender profundamente, cuando esa estrofa que antes te parecía extraña ahora tiene todo el sentido del mundo.
Pues después de tantos rodeos, el punto al que quiero llegar es que esta experiencia, combinada con las experiencias particulares de cada miembro de la familia, ha sido una manera de abrirnos los ojos, de hacernos aterrizar en "la verdadera realidad" (valga la redundancia), para que cuando regresemos a la vida "normal", seamos la versión 2.0 de nosotros mismos. En la película que vimos el domingo ("Dos vidas contigo"), me gustó mucho una frase que dice el abuelito, no recuerdo exactamente qué decía pero era algo así como que "Dios sólo pone dificultades a aquellos que son más fuertes, porque sabe que sólo ellos pueden superarlas". Creo que en esto se resume todo, Mariana. Dios nos puso este reto porque nos consideró lo suficientemente fuertes para sobrellevarlo y, al mismo tiempo, para hacernos más fuertes. Se vale tener nuestros ratos de debilidad (ahem…Ver ejemplo…), pero finalmente tiene que ganarle nuestro lado fuerte al débil. Hay que convencernos de que así debe ser (me incluyo). Sigamos cantando esa canción que tanto nos gusta pero convencidos, ahora, de lo que significa cada estrofa. ¡Te quiero mucho!
Pau
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