lunes, septiembre 28, 2009

El pijama

Querida Mariana:

Bendita Internet que nos permite superar husos horarios y distancias kilométricas!!!
Tantos días en que pienso telefonear y en México todavía duermen... y cuando se podría, entonces se nos pasó la hora prudente y ya nos dormimos... Aunque hace días que no me comunico no te creas que no pensamos en tí, en tus papás, en Paulina y en Daniela... 

Hoy leí lo de tu pijama, lo de los millares de pequeñas cosas que nos hacen sentir bien, y también los millares de pequeñas cosas que molestan pero que forman parte de esa vida "normal" que has llegado a añorar. Pero esa vida "normal" está ahí, esperándote al otro lado de la puerta para poder continuar el camino. El paréntesis de "eventos", de atenciones constantes, de logros continuos es solo la lenta recuperación de la normalidad; los eventos cada vez serán menos, los logros menos espectaculares... porque habrá llegado el momento de lo cotidiano, cuando los pasos ya no tienen que contarse, cuando tu pijama vuelve a ser "sólo" tu pijama. 
Recuerdo una vez una amiga que se encontraba en una situación parecida a la tuya; me dijo un día que nunca más volvería a quejarse de cosas pequeñas; ahora ya tenía un rasero con el que medir lo importante. Pero a mi me pareció que, incluso después de una experiencia terrible y dolorosa, lo cotidiano se nos impone de tal manera que sabemos que ya volvemos a estar bien cuando, sin pensar, nos quejamos de esas "pequeñas" cosas molestas. Sólo después, cuando nos paramos a reflexionar, nos damos cuenta de que, en realidad, no son tan importantes. Es parecido a lo que tú dices de "no desear que se vayan": forman parte de la vida y, sí, nos molestan, del mismo modo que, sí, deseamos nuestro pijama cuando llevamos días con el "uniforme" del hospital. Y ahí estás: en el camino de la vida, no ajena a ella, no viéndola pasar, sino viviéndola cada día para recuperar toda su intensidad, toda su "normalidad". Disfruta ahora de tu pijama, intensamente, porque más pronto que tarde volverá a su sitio debajo de la almohada.

Un abrazo intenso, extenso, estrecho... para celebrar todos los logros pero sobretodo para desear que pronto dejen de serlo.

Familia Vilà-Carreras
Girona

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